En la inmortal obra de Charles Dickens “Cuento de navidad”, el protagonista es un hombre de corazón duro, egoísta e infeliz. Todos tenemos una parte así en nuestro interior que reflejamos al mundo, y a nosotr@s mism@s a través de la emotividad – emociones. Por eso, vamos a recorrerlas como en el Cuento de Dickens: con la visita de tres fantasmas que nos desvelarán nuestro yo más personal.
El fantasma de las emociones pasadas
Eras feliz, todo era felicidad, tus padres te querían, todo el mundo estaba pendiente de ti, eras el centro de atención de tu familia, tenías sólo unos meses de vida… Hasta que hubo un hecho que te cambió, no sabes por qué (de hecho aún no eras consciente de ello), pero tu vida empezó a cambiar desde ese día.
Creciste y se repitió una y otra vez el mismo hecho que te fué marcando tu carácter y tu emotividad – emociones.
En la adolescencia, fuiste reforzando a base de más repeticiones y de auto confirmaciones que te llevaban una y otra vez a sentir esas emociones: la misma ira ante situaciones similares, el mismo miedo ante los mismos sucesos, o la misma tristeza ante hechos parecidos.
Poco a poco, te fuiste convirtiendo en quién eres hoy… pero no fuiste así siempre.
“Paparruchas” (“Bah, humbug!”, en el original de la obra de Dickens)
El fantasma de las emociones presentes
Hoy vas a confirmar una y otra vez como eres. Te enfadas con tu familia y entorno como un espejo del enfado interior que tú sufriste en el pasado, y que quieres confirmar de nuevo. No te paras a pensar en cómo eres porque tienes demasiadas cosas en la cabeza… pero, en el fondo, sabes que te gustaría cambiar ciertas cosas. Mientras tanto, ves a otras personas alcanzar sus sueños, que parecen más felices.
¿Será demasiado tarde para cambiar tu emotividad – emociones?
“Paparruchas”
El fantasma de las emociones futuras
Llevas 20 o 30 o 40 o … X años con emociones similares: te enfadan las mismas cosas o similares, te dan miedo ciertas formas de hacer, te pones triste siempre que te pasa tal cosa, te dan asco ciertas situaciones, sientes sorpresa cada vez que…, la alegría te llega cuando…
¿Cómo quieres sentir las emociones en el futuro?
Si no cambias nada, vas a morir sintiendo las mismas cosas una y otra vez: los mismos enfados, la misma tristeza, la misma apatía, la misma alegría o sorpresa, te invadirán de por vida.
¿Qué pensarás de ti cuando ya no te queden fuerzas para seguir viviendo?
¿Te vas a arrepentir de haberte enfadado tanto por cosas que ya no tienen ninguna importancia? ¿O de no haber hecho algo por miedo? ¿O haber sufrido en exceso?
¿Vas a seguir enfadándote, ahora con la vida, porque ya no puedes continuar viviendo?
Las respuestas, aunque no quieras admitirlas porque son dolorosas, son…
–> tú sabes cuales son.
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— “No hay pesar que pueda enmendar ni una sola de las oportunidades que desaprovechamos en la vida ” –
Charles Dickens
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