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Ejercitar la Atención Plena o Mindfulness

Cuántos años me habría ahorrado de sufrimiento, de estrés, y de perderme aquello que cuando pasa no vuelve (el tiempo presente)… de haber empezado a ejercitar antes la Atención Plena.

Mindfulness en la Escuela

Nadie me enseñó en el colegio a filtrar la información que recibía, a decir que no, a saber marcar prioridades y objetivos en el trabajo y en la vida. Aprendí matemáticas, aprendí filosofía, y algo de inglés, pero no me enseñaron que para hacer bien algo, tienes que ponerte con ese algo y nada más; que si haces varias cosas a la vez, tu cabeza se colapsa, tú te estresas, y ni siquiera te das cuenta de que no respondes más rápido a los múltiples “nuevos” que te llegan a cada instante si te pones con varios de ellos a la vez. ¿Por qué no me enseñaron esto en la escuela?

Receta del éxito: GTD y Mindfulness

Descubrí la ciencia de la productividad hace unos años, cuando leí a David Allen (Getting Things Done – GTD) y descubrí otra forma de trabajar y de hacer las cosas (artículo sobre GTD y carga mental aquí).

Poco a poco, veía cómo podía hacer muchas más cosas en el mismo tiempo; pero, aun así, no llegaba a controlar mi estrés del todo: me faltaban algunos ingredientes en la receta. Porque la vida es una combinación de elementos, como la comida es una combinación de alimentos, donde cada persona va eligiendo lo que cocina; a unas les sienta bien una cosa y a otras les va bien otra cosa. Como en toda receta, lo mejor para perfeccionarla es probar, adaptar, escuchar a otr@s, probar, adaptar y así continuamente.

Y a mi “receta” le faltaba la Atención Plena. Hoy doy las gracias por haberla descubierto mediante la práctica de Mindfulness.

Cómo entrenar la Atención Plena

Absorto en una tarea es como consigo hacer en 20 minutos lo que antes podría tardar 60, con los continuos “nuevos” que van entrando irremediablemente a través de nuestros sentidos.

No conozco otra forma de estar en buena forma física que haciendo ejercicio. No conozco otra forma de estar más atento a los quehaceres que entrenando la atención, y no hace falta ser Buda, ni sentarte en cuclillas en el suelo para entrenarlo; sólo necesitas un ingrediente: la persistencia.

Persiste

Aunque al principio no veas resultados, persiste. Aunque pasado un tiempo veas que parece que retrocedas, persiste. Porque si persistes, llega un día en el que tu mente hace un click en el que todo encaja, y ese día das un salto hacia adelante espectacular… es la forma que tiene el cerebro de aprender, no lo pienses mucho, es así de “rarito”.

El mundo existe, estamos en él, pero olvídate de él durante unos minutos para hacer tus quehaceres, porque cuando vuelvas al mundo seguirán entrando “nuevos” constantemente. Me considero un fan de las personas absortas, al menos de las absortas temporales, esas que se concentran para hacer una tarea que realmente aporta valor a l@s demás, aporta valor al mundo y hace que se cumplan objetivos. Luego, vuelven al mundo y disfrutan de la vida.

3 claves para ejercitar la atención

Para empezar, puedes copiar lo que otros hacen, así que te comparto 3 de mis prácticas por si quieres probar:

  1. Puedes empezar haciendo algunos ejercicios sencillos de meditación mediante esta playlist de YouTube que me creé yo. A ver si te gusta.
  1. También ayuda informarse sobre los beneficios de la meditación Mindfulness en Internet. Te sorprenderá todo lo que es lo que puedes conseguir.
  1. Además, hay cientos de cursos presenciales o virtuales por Internet. Aquí tienes uno gratis para que vivas la experiencia en primera persona.

Si ensayas tu Atención Plena cada día, podrás conseguir hacer en 20 minutos lo que antes hacías en 60.

¿Te animas a probar? El “no” ya lo tienes 🙂

Gracias por compartir este artículo si te ha gustado 🙂
Y si aún no conoces nuestro Programa de Coaching Personal y Ejecutivo, puedes cotillearlo AQUÍ.

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