Delegar eficazmente es todo un arte que requiere observación, confianza y auto-crítica:
Observación de tu carga diaria, confianza en que los demás también pueden hacer lo que tú haces y que su manera no tiene por qué ser peor, y auto-crítica en el sentido de cuestionarte si realmente contratarías a alguien exactamente como tú para hacer cada tarea que haces.
¡Y lo más importante! Darte cuenta de que te estás quitando tiempo para hacer aquello en lo que de verdad brillas y/o más te gusta. Por eso, delegar eficazmente te hará ganar mucho tiempo (y energía).
La capacidad de delegar es una de las herramientas más potentes que tiene un/a líder para ganar en eficacia y en eficiencia y hacer crecer a su equipo; y aunque tu responsable no sepa delegar, también tú puedes facilitarle la tarea si descubres las claves de una buena delegación.
Delegar no es solamente transferir trabajo ni, por supuesto, “pasar el marrón” o dar una orden.
Delegar es involucrar a otros en los resultados.
@happyctivity
5 pasos para delegar con éxito
Yo te animo a probar estos 5 pasos para delegar eficazmente, porque… imagina que te funcionase 😉
- TAREAS DELEGABLES. Observa las tareas de tu día a día y escribe en un papel aquellas que te lleven mínimo 1 hora y para las que NO contratarías a alguien como tú (aquí vas a necesitar un poquito de realismo, auto-crítica y desapego con la tarea y su resultado); puedes servirte también de la matriz de Eisenhower.
- COLABORADOR IDEAL. ¿Qué requisitos necesitaría la persona que te ayudase con una de esas tareas delegables? No sólo en cuanto a habilidades técnicas, sino especialmente en actitud y otras habilidades personales/profesionales. Si tienes un equipo de colaboradores, te puede ser útil incluir en el organigrama sus talentos, fortalezas y áreas de mejora; así, además de delegar con más acierto y rapidez, identificarás mejor las necesidades de formación y desarrollo de tu equipo. Y sobre todo, sobre todo, asume que nadie lo va a hacer de idéntica manera a como lo harías tú (lo cual puede ser positivo en muchos casos).
- INDICACIONES CLARAS. Asegúrate de que la persona cuenta con todos los recursos necesarios para ayudarte y, sobre todo, que ha entendido lo siguiente:
- el punto de partida,
- el objetivo final,
- el porqué/para qué de la tarea,
- la/s fecha/s lo más específicas posibles
- y lo que esperas obtener concretamente (medidas de logro). Aportar ejemplos anteriores desarrollados por ti, o incluso haber documentado previamente cómo hacer la tarea o sus puntos principales, puede ayudarte a aliviar esa sensación de falta de control.
- SEGUIMIENTO EQUILIBRADO. Es decir, sin atosigar ni desaparecer, encuentra el punto intermedio de seguimiento, en función de las necesidades de tu colaborador (observa el gráfico de más abajo).
- RECONOCIMIENTO Y APRENDIZAJE. Efectivamente, si los avances son positivos, agradecerlos de manera sincera mantendrá su motivación. Y en caso de que haya áreas de mejora, convendrá comentarlas desde la oportunidad de aprendizaje y evolución a futuro.
Por último, sobre el paso 4, comparto contigo este gráfico porque puede servirte de referencia a la hora de delegar (en función de la preparación y motivación de tu colaborador):
Y ahora…, ¿prefieres seguir quejándote o empezar a delegar?
Porque como dice @anxo en su libro de los #88peldaños: «En el siglo XX, el dinero compraba objetos; en el siglo XXI, compra vida.»
Gracias por compartir este artículo si te ha gustado 🙂